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Variedades
Viernes 16 de junio de 2017.
El Peruano
3
RELATO
F
ue un 5 de julio de
1967 que aparecía
en las librerías de
Buenos Ai res la
primera edición,
de ocho mil ejemplares, de
Cien años de soledad
. El li-
bro, al cabo de una semana,
ya estaba agotado. Se dice
que en parte se debió a que
el ‘Gabo’ había anunciado el
hallazgo en capítulos que
publicó antes en diferentes
revistas y, otro tanto, al éxito
que lograron las traduccio-
nesgestionadaspor laagente
literaria española Carmen
Balcells.
Lo cierto es que la nove-
la era de una contundencia
única ydeunabrillantez que
hacía honor al rótulo de ‘lo
real maravillo’ que colocaba
a la obra como un ejercicio
maestrode la literatura con-
temporánea.
GarcíaMárquez vivía –o,
mejor dicho, sobrevivía– con
su familia en México desde
1961. Suo icioerael deescri-
tor de todo loque sepudiera.
Y no la pasaba bien. Cuando
al in le puso punto inal al
libro, no tenía dineroni para
enviar losoriginalesaArgen-
tina, a la Editorial Sudame-
ricana, por lo que tuvo que
hacerlo en dos envíos.
Su mala suerte se confa-
buló para incluso, por error,
mandar en el primer paque-
te el sobre con la segunda
parte de la novela. El editor,
Francisco ‘Paco’ Porrúa, le
había hecho el anticipo del
dinero con el propósito de
leer aquella primera parte.
LA ANÉCDOTA
Y dice el ‘Gabo’: A principios
de agostode1966,Mercedes
y yo fuimos a la o icina de
correos de San Ángel, en la
CiudaddeMéxico,paraenviar
aBuenosAires los originales
de
Cien años de soledad
. Era
un paquete de quinientas
noventa cuartillas escritas
enmáquinaadobleespacioy
enpapel ordinario, ydirigido
al director literario de la
editorial Sudamericana.
El empleado del correo
puso el paquete en la balan-
za, hizo sus cálculos menta-
les, ydijo: –Sonochentaydos
pesos. Mercedes contó los
billetes y las monedas suel-
tas que llevaba en la cartera,
y me enfrentó a la realidad:
El correcto
empleado del
correo puso el
paquete en la
balanza, hizo
sus cálculos
mentales y
dijo: Son 82
pesos. Solo
teníamos 53.
que no tenía ni para comer
y vivía del préstamo de los
amigos. García Márquez re-
cibió el primer ejemplar el
mismo juniode 1967, casi un
año después de aquel pasaje
de los envíos. Luego contaría
que nunca recordó cuándo y
cómo se le había ocurrido el
título. De lo que estuvo cla-
ro era que apenas le llegó el
libro, él yMercedes rompie-
ron el manuscrito para que
nadie pudiera descubrir los
trucos de lo que él llamaba
su carpintería secreta.
Aquella primera edición
decía: “Se terminó de impri-
mir el día treintademayodel
añomil novecientos sesenta
y siete en los Talleres Grá i-
cosde laCompañía Impreso-
raArgentina”. El libro llegó a
Lima el 15de juniode1967y
lo distribuyó Horizonte.
REALISMO MÁGICO
Lo he contado otras veces:
mi padre era librero y ganó
una fortuna con la venta del
libro. El realismo mágico
del libro fue el que ocurrió
con los cientos de libros que
vendió los primeros meses.
Unanoche,mi padre regresó
a casa gritando: “Se me
presentó la Virgen”. Ese día
habíavendidolos20primeros
ejemplares de la novela
del ‘Gabo’ y el viejo local
recuperó el fulgormalva del
éxito.Unañomás tarde, papá
regresó igual deeufórico. “Ya
tenemos casa propia” gritó.
Cier to, gracias a García
Márquez nos mudamos al
lamante departamento de
un moderno edi icio de la
residencialSanFelipe.El libro
sesiguióvendiendocomopan
caliente yhoy sumanmás de
30 millones de ejemplares
y ha sido traducido a 35
idiomas.
Ahora, cuando se cum-
plen cincuenta años del li-
bro, es bueno recordar las
angustias originales de Gar-
cíaMárquez. Hambre que en
los genios–dicen– se traduce
en brillantez.
–Solo tenemos cincuenta y
tres. Tan acostumbrados
estábamos a esos tropiezos
cotidianos después de más
de un año de penurias, que
no pensamos demasiado
la solución. Abrimos el pa-
quete, lo dividimos en dos
partes iguales y mandamos
aBuenos Aires solo lamitad,
sin preguntarnos siquiera
cómo íbamos a conseguir la
plata para mandar el resto.
Eran las seis de la tarde del
viernes y hasta el lunes no
volvían a abrir el correo, así
que teníamos todo el in de
semana para pensar”.
La genialidad de esta
crónica habla de la capaci-
dad de GarcíaMárquez para
sobreponerse a los infortu-
nios. Después, con la fama,
iba a recordar esos días en
MEDIO SIGLO
DE TEMPESTAD
Hace cincuenta años se publicaba en Argentina la primera
ediciónde
Cienaños de soledad,
deGabrielGarcíaMárquez.
La novela, como los grandes libros, mantiene hoy el fulgor y
la brillantez que solo los clásicos literarios ostentan.
TEXTO:
ELOY JÁUREGUI